Estas galletas tan inocentes nos costaron hacerlas una barbaridad. Aproveché que estaba mi hermana por casa y como se lo mucho que le gustan, le propuse hacer galletas de mantequilla!!
Lo que no sabíamos es que íbamos a tardar 2 días para comerlas!!
Sólo se nos ocurre a nosotras ponernos una tarde de principios de Septiembre con 37 grados de calor a hacer galletas y encima, de mantequilla!!.
En fin, que la masa se nos derretía, no sólo por el calor que hacía, también añadir el del horno. Fue toda una odisea darles forma para meterlas al horno.
Saca un poco de masa de la nevera, cuando vamos por la mitad, al congelador, y así sucesivamente.
Pero al final conseguimos hornearlas todas, eso si, terminamos a las 9 de la noche reventadas y decidimos decorarlas al día siguiente.
Comenzamos a decorarlas, pero otra vez la misma temperatura. Con tanto calor hasta el glaseado se derretía y nos costó bastante que se quedaran con formita. Pero quien la sigue la consigue y nos las pudimos comer, aunque con un poco de retraso!!
Así es como quedaron al final del todo.
No están mal, no?
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